Friday, 24 September 2010

Reflexión sobre la libertad (I)

Hacía tiempo que no escribía pero no sé... este tema lleva tiempo en mi cabeza y tenía que comentarlo.
A ver, todo es a raíz de la prohibición en Cataluña de las corridas de toros.
Eh! ¡Cuidado! Yo soy fiel argumentadora en contra de las corridas y cualquier maltrato pero igualmente no me parece bien. Me explico...

En primer lugar la prohibición atenta contra la libertad. Sé que hay ciertas conductas que deben de ser prohibidas por ley pero, al igual que pasa con las drogas, la clave para derrocar cualquier comportamiento no deseado es educar contra él. Las drogas es más complicado y no quiero entrar en ello porque casi se me podría llamar partidaria de algunas de ellas. A lo que estábamos.Prohibir va a crear controversia, inconformismo y sentimiento de víctima hacia los taurinos (que, aunque no lo parezca, no son pocos y no sólo son viejos), además de no ser apropiado ni social ni económicamente en estos tiempos de crisis. (Pasa algo parecido con mi idea republicana que agún día expondré).
La cuestión es que la prohibición no es la solución. Por ejemplo, aunque no lo parezca, hace un tiempo las corridas estuvieron a punto de desaparecer y el negocio fue en declibe (creo que por los 60s más o menos) y simplemente porque se vió como algo bárbaro sin gracia. Sí, eso pasó en España. Pero luego volvió por el espectáculo de determinados toreros que lo sacaron a base de exposición.

En segundo lugar no lo hacen por convicciones contra el maltrato. Van muy de progres pero se están volviendo casi peores que los "españolistas". Ellos quieren ser todo lo diferentes que puedan a los españoles en todos los sentidos pero ¿no se dan cuanta que lo que compartimos es más que lo que nos separa? Cuando estuve en Barcelona me di cuenta que lo que hay diferente también es diferente en otras ciudades pero también comparte similitudes. A lo que me refiero es que, pese a que cada comunidad sea diferente y tenga derecho a su "independencia" de algún modo pero la unión hace la fuerza y me gustaría ser de la misma nacionalidad que todos los catalanes porque me caen bien y me gustan sus peculariedades. ¿Por qué sé que no lo hacen por convicciones contra el maltrato? Responderé con otra pregunta...¿Por qué el "corre-bous" sí y por mayoría?
Esto me lleva a decir que mi postura contra el "corre-bous" es incluso más fuerte que contra las corridas. A mí por ejemplo me gustan las capeas y los encierros pues hombre contra animal en igualdad de condiciones poniendo sólo en peligro la integridad física del hombre pues no me importa lo más mínimo que exista y que se practique pero en el corre-bous hay maltrato digan lo que digan. A mí si me ponen antorchas en la cabeza mientras me hacen jugar un pilla pilla pues no me hace gracia...


CONTINUARÁ ...